Cultivo y cuidados básicos del cerezo
El Prunus Cerasus, más conocido como cerezo, es un bello árbol frutal que puede llegar a los 25 metros de altura. Es muy recto y su copa es amplia y piramidal.
Es
valorado por la belleza de sus flores entre blancas y rosadas,
ornamento ideal para jardines, y por sus deliciosos frutos. Su madera es
muy apreciada en ebanistería. La gran ventaja de este árbol es que no
requiere de demasiados cuidados, siempre que se encuentre en el terreno
apropiado. Acá te contamos más sobre cómo cultivar y cuidar este
hermoso árbol.
Cultivo y cuidados básicos del cerezo
El cerezo es un frutal que requiere del frío para su
desarrollo, por lo que se suele encontrar en aquellas regiones en las
que cuenta con este elemento durante el periodo de receso. No obstante,
es posible encontrar cerezos en zonas cálidas, donde se cosecha más
temprano, aunque no siempre con óptimos resultados: para obtener buenos
frutos, necesita de una temporada fría. Resiste las heladas siempre que
no sean tardías, las cuales dañarán sus frutos. Necesita de abundante luz solar para su desarrollo, por lo que es preferible plantarlo apartado de arboledas, aunque resiste la semisombra.
Se suele encontrar en una altitud de entre cuatrocientos y setecientos metros. Requiere de un suelo preferentemente
calizo, fresco y profundo, aunque se adapta muy bien a todos los
suelos, siempre que el agua corra y no se produzcan encharcamientos. En
temporadas de sequía requiere riego regular.
La poda debe realizarse en otoño antes de la caída
de la hoja. La poda es normalmente ligera en los árboles, se limita a
aclareos y despuntes. la poda de fructificación es de simple limpia En
los árboles jóvenes se tiende a formarlos mediante la supresión de
algunas ramas, poda y el despunte para obligarlos a ramificar.
El cultivo a partir de una semilla es un proceso
largo y que requerirá cuidados atentos. La semilla debe ser remojada no
menos de 24 hs. antes de ser plantada, y esta primera siembra debe ser
en un espacio pequeño y bajo una fina capa de tierra que se habrá de
vigilar de cerca hasta que germine. Para principiantes en jardinería es
preferible optar por conseguir en un vivero o similar un arbolito ya un
poco crecido y en lo posible con un cepellón donde ya esté mínimamente
enraizado. De esta forma tendrás mejores garantías de éxito. Se debe plantar en invierno y es conveniente agregar abono orgánico al suelo, el estiércol de caballo puede ser abono suficiente.
Su floración se produce en primavera, desde finales de septiembre, mientras que los frutos
maduran desde noviembre hasta enero, dependiendo de la variedad y el
clima. Hay que tener mucho cuidado con la gran voracidad que tienen las
aves por el fruto de éste árbol: las cerezas. Por este motivo es
recomendable la protección del árbol con una tela salvafrutos, que
puedes conseguir en los viveros. De otra forma, corres el riesgo de no
llegar a probar ni una cereza.
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