Son tallos subterráneos con varias yemas que crecen de forma horizontal emitiendo
raíces y brotes herbáceos de sus nudos. Carecen de hojas pero tienen catáfilas a
veces en forma de escamas membranosas (ver detalle en el tema adaptaciones).
Los
rizomas tienen un crecimiento indefinido.
Pueden cubrir grandes extensiones de
terreno debido a que cada año producen nuevos brotes a medida que las primeras
ramas van muriendo.
Para cultivar la planta, los rizomas se pueden dividir en trozos
que contengan por lo menos una yema y plantarlos.
Las plantas con rizomas son
perennes, pierden sus partes aéreas en climas fríos, conservando tan solo el órgano
subterráneo que almacena las sustancias de reserva para la temporada siguiente.
CULTIVOS: el jenjibre, Zingiber officinalis, es una monocotiledónea de origen
asiático que se cultiva en los trópicos casi exclusivamente por vía asexual ya que
muy raramente produce semillas. Los rizomas monopodiales pueden medir hasta 50
cm y frecuentemente son chatos y divididos como los dedos de una mano.
El
parénquima reservante es rico en almidón y oleorresinas que le dan el sabor picante.
Contienen además cantidades apreciables de hierro, fósforo y ácido ascórbico.
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