El proceso productivo: el cultivo de la naranja
Técnicas de cultivo de las naranjas y mandarinas
Cuando las naranjas y mandarinas llegan a
nuestros clientes para su consumo, el propósito de todos los que
formamos www.comenaranjas.com es conseguir la máxima satisfacción y
deleite personal al paladear esta fruta.
Para ello, debemos esforzarnos
diariamente en cada eslabón de la cadena productiva, obviamente en el
cultivo, en la recolección, el encajado y la expedición, mimando la
fruta y seleccionando solo aquella que cumpla los requisitos de calidad
óptimos para su consumo.
Con este artículo iniciamos una serie
divulgativa para nuestros amigos en la que nos proponemos explicar de
manera sencilla y con un lenguaje llano, paso a paso, como se cultivan
los huertos de cítricos cuya fruta es finalmente enviada a sus hogares.
Inicio del proceso - el cultivo de los árboles.
En la primera parte del proceso
productivo se encuentra obviamente el cultivo de los árboles. La premisa
es salir del invierno con árboles sanos y fuertes; al igual que las
personas, una planta en perfectas condiciones fisiológicas produce más y
mejor, básicamente más piezas por árbol y con mayor calidad
organoléptica. Al enfocar nuestro proceso productivo a obtener una fruta
sana, con buen calibre, piel fina y con índices de azúcar elevados,
debemos esforzarnos en que la condición fitosanitaria del arbolado sea
la adecuada.
Como todos saben, el ciclo agrícola
empieza con el final de invierno o salida invernal. Concretamente y
dependiendo de la zona geográfica y el tipo de suelo, con 12 ºC de
temperatura en el subsuelo donde se encuentran las raíces, éstas
comienzan a absorber y a crecer. En zonas con más horas luz/día, es
decir hacia el trópico, la brotación se inicia antes debido a la mayor
temperatura. En nuestra zona levantina, a principios de febrero empieza
el “movimiento” de las raíces que empiezan a demandar nutrientes, sobre
todo con suelos arenosos que se “calientan” más rápido que los francos o
arcillosos.
A los 15-20 días desde el inicio del
metabolismo del sistema radicular, el agua y minerales que consume son
transportados a la copa, donde se transforman en las hojas en el proceso
llamado de fotosíntesis, pasando de forma mineral a formas más
complejas de aminoácidos y fotoasimilados que permiten el crecimiento de
la planta, traduciéndose en el inicio de la brotación de primavera. Los
cloropastos de las hojas fijan la luz solar, transformando agua+dióxido
de carbono (CO2)+minerales en “alimento” para la planta + oxígeno (O2) y
vapor de agua a la atmósfera. Uno de los puntos de cultivo importantes
se basa en conseguir un rendimiento elevado de los cloropastos que para
su función requieren entre otros de Hierro (Fe) y Magnesio (Mg);
conseguir niveles de hierro y magnesio adecuados en primavera aumenta la
velocidad y “calidad” del crecimiento. La función "sumidero" de los
árboles - factor vegetativo esencial.
Precisamente, uno de los argumentos a
favor de favorecer la agricultura nacional, sobre todo la fruticultura,
entre la que se incluye los cítricos, es la destacada función “sumidero”
de CO2 que realizan los árboles, regenerando la atmósfera con oxígeno
puro (O2), eliminando dióxido de carbono (CO2), reduciendo el efecto
invernadero, es decir, mejorando ostensiblemente la calidad del aire que
respiramos en beneficio de toda la sociedad. Habrá quien piense que por
la noche, el efecto se invierte y consume O2 liberando CO2, y si bien
es así, es en muy poca cantidad, debido a que por la noche en ausencia
de luz solar, no hay función fotosintética, por lo que el árbol para su
crecimiento. De hecho, hay varios estudios que aconsejan regar solo
durante el día, en las horas de máxima demanda hídrica, marcada por la
temperatura externa, la humedad relativa y la intensidad solar, ya que
el riego nocturno no tiene el mismo aprovechamiento por el árbol, debido
a que no hay demanda de agua y nutrientes por la copa por la noche.
Este dato es muy importante para
entender el funcionamiento vegetativo, ya que viene a decir que si bien
una temperatura mínima en el subsuelo de 12ºC es necesaria para activar
las raíces, la que manda realmente es la copa del árbol. Si se reúnen
las circunstancias adecuadas en el entorno del árbol
(luz+temperatura+CO2), las hojas trasladan el mensaje a las raíces para
que absorban agua y nutrientes minerales, y que se trasladen por la
savia hacia las hojas donde se produce una reacción química con
liberación de O2, que transforma los elementos de manera a que puedan
ser aprovechados por la planta en su crecimiento: a esto se le llama
METABOLISMO. La pericia del agricultor para maximizar el rendimiento de
la planta marcará desde los primeros momentos la precocidad,
productividad y calidad de la cosecha.
No deseo extenderme más en los aspectos
más fisiológicos de la planta aunque hay muchos detalles importantísimos
en el inicio del cultivo que requieren la comprehensión de estos
conceptos. El manejo del riego y la fertilización son claves para la
realización de los objetivos agrícolas, ponderando en mi opinión en un
80% sobre la calidad final de la fruta.
Generalmente se suele admitir que el cultivo tiene 3 fases:
Fases del cultivo de la naranja:
1.- Fase inicial – inicio brotación y floración – febrero a abril.
2.- Fase de cuajado – periodo crítico en el que se decide la cantidad de fruta que queda en el árbol – mayo a junio.
3.- Fase de engorde – periodo durante el cual, la fruta ya fijada engorda hasta su maduración- julio a octubre.
Durante los 2 primeros periodos, el
exceso de riego nos van a perjudicar visiblemente, reduciendo la
velocidad del metabolismo y con ello, perdiendo calibre en la fruta. Las
raíces necesitan oxígeno para desarrollarse y absorber soluciones
nutritivas, por lo que un exceso de agua produce un encharcamiento que
pudre las raíces y las inhabilita para cumplir su función, parando el
metabolismo. Durante el último periodo de engorde la fruta, al tener las
condiciones externas de calor, la copa demanda agua y por mucha agua
que se le dé al árbol, las raíces son capaces de absorberla sin
problemas de encharcamiento.
Igualmente, cabe destacar una labor
cultural muy importante enfocada a obtener la calidad deseada de la
fruta que no es otra que la poda. Esta labor consiste en quitar ramas
agotadas o secas que no van a producir fruta de calidad. Asimismo,
permite que el sol y el aire entren dentro de la copa, impidiendo que
los hongos y las plagas se protejan de los depredadores naturales (otros
insectos beneficiosos que se alimentan de los dañinos), y que se
controle la plaga.
Combatir las malas hierbas que compiten
con los árboles por el agua y los nutrientes también es fundamental.
Nuestra filosofía es ir implantando hierbas que no alberguen plagas y
tenerlas controladas prioritariamente mediante la siega mecánica, para
que a su vez estas compitan con las malas hierbas y no les permitan
germinar ni brotar al restarles superficie de contacto con la luz solar,
agua y nutrientes: a esto se le llama una inversión de flora natural.
Por último, resaltar que cuando las
opciones naturales no son suficientes para atajar un problema, a veces y
en muy contadas ocasiones, necesitamos de una pulverización para
controlar una plaga que amenaza con mermar al árbol y a la cosecha. En
cualquier caso, un ingeniero cualificado firma una orden de trabajo,
debidamente justificada tras realizar muchos conteos de plaga y de fauna
auxiliar, que justifique siempre, que técnicamente no es posible el
control de la plaga sin la ayuda de un tratamiento de pulverización.
Debemos entender que el cultivo óptimo
de nuestras plantas, su correcta nutrición y cuidados, son la condición
“sine quanon” para obtener una cosecha de calidad que nos permita
ofrecer unas naranjas y mandarinas “criadas” de manera personalizada y
atendiendo todas sus necesidades en aras a que usted disfrute de nuestra
fruta en su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario