lunes, 6 de febrero de 2017

El proceso productivo: el cultivo de la naranja

El proceso productivo: el cultivo de la naranja 

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Técnicas de cultivo de las naranjas y mandarinas
Cuando las naranjas y mandarinas llegan a nuestros clientes para su consumo, el propósito de todos los que formamos www.comenaranjas.com es conseguir la máxima satisfacción y deleite personal al paladear esta fruta.
Para ello, debemos esforzarnos diariamente en cada eslabón de la cadena productiva, obviamente en el cultivo, en la recolección, el encajado y la expedición, mimando la fruta y seleccionando solo aquella que cumpla los requisitos de calidad óptimos para su consumo.
Con este artículo iniciamos una serie divulgativa para nuestros amigos en la que nos proponemos explicar de manera sencilla y con un lenguaje llano, paso a paso, como se cultivan los huertos de cítricos cuya fruta es finalmente enviada a sus hogares. Inicio del proceso - el cultivo de los árboles.

En la primera parte del proceso productivo se encuentra obviamente el cultivo de los árboles. La premisa es salir del invierno con árboles sanos y fuertes; al igual que las personas, una planta en perfectas condiciones fisiológicas produce más y mejor, básicamente más piezas por árbol y con mayor calidad organoléptica. Al enfocar nuestro proceso productivo a obtener una fruta sana, con buen calibre, piel fina y con índices de azúcar elevados, debemos esforzarnos en que la condición fitosanitaria del arbolado sea la adecuada.

Como todos saben, el ciclo agrícola empieza con el final de invierno o salida invernal. Concretamente y dependiendo de la zona geográfica y el tipo de suelo, con 12 ºC de temperatura en el subsuelo donde se encuentran las raíces, éstas comienzan a absorber y a crecer. En zonas con más horas luz/día, es decir hacia el trópico, la brotación se inicia antes debido a la mayor temperatura. En nuestra zona levantina, a principios de febrero empieza el “movimiento” de las raíces que empiezan a demandar nutrientes, sobre todo con suelos arenosos que se “calientan” más rápido que los francos o arcillosos.

A los 15-20 días desde el inicio del metabolismo del sistema radicular, el agua y minerales que consume son transportados a la copa, donde se transforman en las hojas en el proceso llamado de fotosíntesis, pasando de forma mineral a formas más complejas de aminoácidos y fotoasimilados que permiten el crecimiento de la planta, traduciéndose en el inicio de la brotación de primavera. Los cloropastos de las hojas fijan la luz solar, transformando agua+dióxido de carbono (CO2)+minerales en “alimento” para la planta + oxígeno (O2) y vapor de agua a la atmósfera. Uno de los puntos de cultivo importantes se basa en conseguir un rendimiento elevado de los cloropastos que para su función requieren entre otros de Hierro (Fe) y Magnesio (Mg); conseguir niveles de hierro y magnesio adecuados en primavera aumenta la velocidad y “calidad” del crecimiento. La función "sumidero" de los árboles - factor vegetativo esencial.

Precisamente, uno de los argumentos a favor de favorecer la agricultura nacional, sobre todo la fruticultura, entre la que se incluye los cítricos, es la destacada función “sumidero” de CO2 que realizan los árboles, regenerando la atmósfera con oxígeno puro (O2), eliminando dióxido de carbono (CO2), reduciendo el efecto invernadero, es decir, mejorando ostensiblemente la calidad del aire que respiramos en beneficio de toda la sociedad. Habrá quien piense que por la noche, el efecto se invierte y consume O2 liberando CO2, y si bien es así, es en muy poca cantidad, debido a que por la noche en ausencia de luz solar, no hay función fotosintética, por lo que el árbol para su crecimiento. De hecho, hay varios estudios que aconsejan regar solo durante el día, en las horas de máxima demanda hídrica, marcada por la temperatura externa, la humedad relativa y la intensidad solar, ya que el riego nocturno no tiene el mismo aprovechamiento por el árbol, debido a que no hay demanda de agua y nutrientes por la copa por la noche.
Este dato es muy importante para entender el funcionamiento vegetativo, ya que viene a decir que si bien una temperatura mínima en el subsuelo de 12ºC es necesaria para activar las raíces, la que manda realmente es la copa del árbol. Si se reúnen las circunstancias adecuadas en el entorno del árbol (luz+temperatura+CO2), las hojas trasladan el mensaje a las raíces para que absorban agua y nutrientes minerales, y que se trasladen por la savia hacia las hojas donde se produce una reacción química con liberación de O2, que transforma los elementos de manera a que puedan ser aprovechados por la planta en su crecimiento: a esto se le llama METABOLISMO. La pericia del agricultor para maximizar el rendimiento de la planta marcará desde los primeros momentos la precocidad, productividad y calidad de la cosecha.

No deseo extenderme más en los aspectos más fisiológicos de la planta aunque hay muchos detalles importantísimos en el inicio del cultivo que requieren la comprehensión de estos conceptos. El manejo del riego y la fertilización son claves para la realización de los objetivos agrícolas, ponderando en mi opinión en un 80% sobre la calidad final de la fruta.

Generalmente se suele admitir que el cultivo tiene 3 fases:

Fases del cultivo de la naranja:

1.- Fase inicial – inicio brotación y floración – febrero a abril.
2.- Fase de cuajado – periodo crítico en el que se decide la cantidad de fruta que queda en el árbol – mayo a junio.
3.- Fase de engorde – periodo durante el cual, la fruta ya fijada engorda hasta su maduración- julio a octubre.

Durante los 2 primeros periodos, el exceso de riego nos van a perjudicar visiblemente, reduciendo la velocidad del metabolismo y con ello, perdiendo calibre en la fruta. Las raíces necesitan oxígeno para desarrollarse y absorber soluciones nutritivas, por lo que un exceso de agua produce un encharcamiento que pudre las raíces y las inhabilita para cumplir su función, parando el metabolismo. Durante el último periodo de engorde la fruta, al tener las condiciones externas de calor, la copa demanda agua y por mucha agua que se le dé al árbol, las raíces son capaces de absorberla sin problemas de encharcamiento.

Igualmente, cabe destacar una labor cultural muy importante enfocada a obtener la calidad deseada de la fruta que no es otra que la poda. Esta labor consiste en quitar ramas agotadas o secas que no van a producir fruta de calidad. Asimismo, permite que el sol y el aire entren dentro de la copa, impidiendo que los hongos y las plagas se protejan de los depredadores naturales (otros insectos beneficiosos que se alimentan de los dañinos), y que se controle la plaga.

Combatir las malas hierbas que compiten con los árboles por el agua y los nutrientes también es fundamental. Nuestra filosofía es ir implantando hierbas que no alberguen plagas y tenerlas controladas prioritariamente mediante la siega mecánica, para que a su vez estas compitan con las malas hierbas y no les permitan germinar ni brotar al restarles superficie de contacto con la luz solar, agua y nutrientes: a esto se le llama una inversión de flora natural.Imagen relacionada


Por último, resaltar que cuando las opciones naturales no son suficientes para atajar un problema, a veces y en muy contadas ocasiones, necesitamos de una pulverización para controlar una plaga que amenaza con mermar al árbol y a la cosecha. En cualquier caso, un ingeniero cualificado firma una orden de trabajo, debidamente justificada tras realizar muchos conteos de plaga y de fauna auxiliar, que justifique siempre, que técnicamente no es posible el control de la plaga sin la ayuda de un tratamiento de pulverización.

Debemos entender que el cultivo óptimo de nuestras plantas, su correcta nutrición y cuidados, son la condición “sine quanon” para obtener una cosecha de calidad que nos permita ofrecer unas naranjas y mandarinas “criadas” de manera personalizada y atendiendo todas sus necesidades en aras a que usted disfrute de nuestra fruta en su casa.


 

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